Psicología y Fisioterapia en Asma y otras alteraciones respiratorias

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, caracterizada por episodios de obstrucción bronquial reversibles (con o sin medicación) que limitan en mayor o menor medida el flujo aéreo. Estos episodios están asociados a una hiperreactividad de los bronquios ante la exposición a estímulos que son inocuos en personas sin asma.

Algunos autores diferencian dos tipos de asma: el asma extrínseca, de características alérgicas, en la que los episodios de obstrucción bronquial están desencadenados por la exposición a un alérgeno, y el asma intrínseca, en la que no existe asociación entre los episodios y el alérgeno. De ellas, la más común es la primera.

La prevalencia del asma es bastante común: en España se calcula que la padecen el 10% de los niños y el 5% de los adultos. Esta variación en el porcentaje entre la población adulta y la infantil se debe a que el asma extrínseca, que es la más común en la infancia, tiende a desaparecer al llegar a la edad adulta aproximadamente en la mitad de los casos.

La sintomatología más común experimentada por las personas con asma se caracteriza por:

  • Dificultad respiratoria (disnea)
  • Episodios de tos (sobre todo nocturna, más común en niños)
  • Sibilancias (pitidos)
  • Opresión en el pecho

¿Cuál es la causa de la dificultad respiratoria en el asma?

La dificultad respiratoria que la persona asmática siente durante un episodio está generada por un fenómeno de hiperreactividad bronquial, que cursa con:

  • Inflamación de las vías respiratorias
  • Contracción de la musculatura lisa de los bronquios (controlada por el Sistema Nervioso Autónomo)
  • Aumento de secreción de moco en las vías respiratorias

Este fenómeno de hiperreactividad bronquial puede venir desencadenado por múltiples estímulos. En gran parte de los casos el desencadenante es un alérgeno (como el polen o el polvo), es decir, una sustancia que de por sí no es nociva, pero que el cuerpo interpreta como tal, desencadenando una respuesta exagerada del sistema inmunitario. En otros muchos casos, sin embargo, el episodio no viene desencadenado por la presencia de una sustancia en el ambiente. Es el caso de episodios asmáticos desencadenados por reacciones emocionales o cambios hormonales.

¿Qué relación existe entre el asma y las alteraciones psicológicas?

Existe una alta comorbilidad entre el asma y alteraciones psicológicas como la ansiedad, la depresión o el trastorno de estrés postraumático (TEPT), de manera que podemos encontrar que la prevalencia de estas alteraciones es mucho más elevada en la población con asma que en el resto de la población.

La causa de esta asociación no está firmemente probada, pero hay cierto consenso en que esta relación pueda ser bidireccional: es posible que el padecimiento de asma predisponga en algunos casos a padecer alteraciones psicológicas, a la vez que el padecimiento de alteraciones psicológicas puede predisponer al asma o empeorar los síntomas de quienes lo padecen. Podemos ver esta relación bidereccional con un ejemplo en el caso de la ansiedad:

La sintomatología ansiosa está asociada a una desregulación del Sistema Nervioso Autónomo (SNA), con un exceso de activación de la rama simpática y del eje hipotálamo-hipófisis-adrenocortical. Esta activación favorece la hiperreactividad bronquial, con la contracción de la musculatura lisa y una respuesta inflamatoria en el tejido respiratorio. Así, los trastornos de ansiedad pueden predisponer a un mayor padecimiento de crisis asmáticas.

Por otro lado, la sintomatología del asma es bastante ansiógena: la dificultad para respirar, la sensación de fatiga ante el esfuerzo, sumado a la necesidad de vigilancia para evitar ciertos estímulos que podrían desencadenar una crisis... Esto hace que las personas que padecen asma puedan estar predispuestas a un estado general de incertidumbre e hipervigilancia que desencadene en sintomatología ansiosa.

¿Cuál es el tratamiento del asma?

En primer lugar, los pacientes con asma deben realizar un seguimiento médico. El tratamiento médico normalmente está compuesto de dos tipos de fármacos: fármacos de control o mantenimiento que se administran a diario durante periodos prolongados de tiempo y fármacos de alivio o rescate, que se utilizan a demanda para evitar de forma rápida una crisis asmática. 

El control de la enfermedad y la calidad de vida se ven muy favorecidos si este tratamiento médico se complementa con un trabajo fisioterapéutico y un abordaje psicológico.

¿Por qué un tratamiento integrado de Psicología y Fisioterapia es el mejor complemento al tratamiento médico para el asma y otras dificultades respiratorias?

La calidad de vida de una persona con asma u otras alteraciones respiratorias se ve muy aumentada si se consiguen reducir la cantidad y gravedad de los episodios de dificultad respiratoria y se dota a la persona de un buen manejo psicológico de la enfermedad. Estos son los objetivos que persigue el tratamiento integrado de Psicología y Fisioterapia.

La fisioterapia respiratoria cuenta con herramientas que permiten:

  • Una optimización del patrón respiratorio, activando o relajando la musculatura en función de las necesidades
  • Una liberación de restricciones de las restricciones de movilidad causadas por un patrón respiratorio deficitario
  • Una disminución de los síntomas diarios y del número y gravedad de las crisis
  • Una menor necesidad de medicación (aunque en ningún caso la sustituye) y una mejor inhalación cuando es necesaria
  • Una mejor limpieza de secreciones tras las crisis

El papel de la Psicología en el asma no solo consiste en abordar la sintomatología (ansiosa, depresiva, etc) que pueda coexistir la enfermedad o agravarla. También es fundamental a la hora de realizar un buen manejo de la enfermedad. Y lo que podría ser más importante: al funcionar en sinergia con las herramientas fisioterapéuticas, tiene la capacidad de potenciar un mayor equilibrio del Sistema Nervioso Autónomo, de manera que:

  • La musculatura lisa bronquial no esté sometida a un exceso de activación de la rama simpática, y por tanto no se desencadene la respuesta exagerada de broncoconstricción
  • No se desencadene una respuesta inflamatoria en el tejido respiratorio
  • Haya una disminución en la cantidad y gravedad de los episodios de dificultad respiratoria

Si padeces asma u otro tipo de alteración respiratoria, puedes contactar por correo electrónico, Whatsapp o pedir más información en una cita telefónica gratuita y sin compromiso.