Psicología y Fisioterapia en Dolor crónico y Fibromialgia
¿Que es el dolor crónico?
El dolor es una señal que crea el cerebro, integrando las informaciones que recibe del cuerpo, para avisarnos de que algo anda mal. Su objetivo es funcional: que podamos darnos cuenta y poner solución a lo que nos pasa. Sin embargo, este tipo de dolor, puntual, que responde a una lesión o daño, a veces puede hacerse crónico. Cuando esto sucede, el dolor deja de ser funcional y pasa a ser un importante hándicap para la calidad de vida de quien lo padece.
¿Por qué el dolor se hace crónico?
Los motivos por los cuales un dolor agudo se convierte en crónico pueden ser muy variados. A veces se trata de una causa continua, como en el caso de la artrosis. En otras ocasiones, los nervios periféricos han quedado dañados, como en algunas neuralgias. En muchísimas otras ocasiones, sin embargo, no existe un daño físico ni en la zona dolorosa ni en el nervio correspondiente: lo que existe es un fenómeno llamado sensibilización central, por el cual el cerebro sigue creando la señal de dolor, incluso sin que haya ningún daño ni estímulo doloroso. Uno de estos casos es lo que conocemos como fibromialgia.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor corporal crónico, generalizado, con un aumento de la sensibilidad a los estímulos dolorosos, especialmente en ciertos puntos, sin que existan necesariamente inflamación u otras anomalías estructurales músculo-esqueléticas.
El dolor es frecuentemente acompañado, además, por otros síntomas, como son:
- Fatiga
- Rigidez matinal
- Deterioro del sueño
- Alteraciones del estado de ánimo (habitualmente depresión)
- Alteraciones cognitivas, como dificultades de concentración ("fibro-niebla")
¿Cuál es el origen de la fibromialgia?
A día de hoy, el origen y el mecanismo de funcionamiento de la fibromialgia no se conocen con certeza. Sin embargo, las hipótesis que cuentan con más evidencia científica combinan en su explicación mecanismos genéticos, neurológicos y autoinmunes.
Concretamente, parece que la fibromialgia podría definirse como un procesamiento anormal del dolor a nivel del sistema nervioso central unido a un deterioro en el sistema endógeno inhibitorio del dolor. Es decir, no solo se interpretan como dolorosas señales que no deberían serlo, sino que los mecanismos naturales que el cuerpo emplearía para calmar ese dolor no están disponibles en las personas con fibromialgia.
¿Cómo se diagnostica la fibromialgia?
Aunque la fibromialgia solía diagnosticarse a través de la palpación de puntos dolorosos (18 “tender points”, de los cuales 11 debían ser dolorosos con una presión menor o igual a 4 kg/cm²), desde el año 2010 el diagnóstico de la fibromialgia se realiza en función del número de áreas dolorosas durante la última semana (de 0 a 19) y de la severidad de los síntomas asociados (fatiga, sueño no reparador, síntomas cognitivos y otros síntomas somáticos, que oscilará de 0 a 12). Para considerarse como positivo un diagnóstico de fibromialgia existen dos posibilidades: un número de áreas dolorosas mayor o igual a siete con severidad de síntomas asociados mayor o igual a cinco, o bien un número de áreas dolorosas mayor o igual a 3 con severidad de síntomas asociados mayor o igual a 9. Además, los síntomas deben presentarse de forma similar por un periodo igual o mayor a tres meses, y deben descartarse otras enfermedades que pudieran explicar la sintomatología.
¿Existe tratamiento para la fibromialgia?
A día de hoy, se considera que no existe tratamiento definitivo para la fibromialgia, de manera que ésta se considera una alteración crónica. Sin embargo, los diferentes tratamientos existentes (farmacológicos, fisioterapéuticos, psicológicos o basados en otras modalidades como la nutrición o el ejercicio físico) tienen una importantísima relevancia en la calidad de vida de las personas con fibromialgia, ya que tienen un impacto positivo tanto en el dolor como en los síntomas asociados.
¿Por qué es un tratamiento integrado de Psicología y Fisioterapia la mejor opción para el Dolor Crónico y la Fibromialgia?
Aunque cada tipo de dolor crónico tiene sus características y peculiaridades, todos tienen algo en común: la experiencia dolorosa forma parte del sistema biopsicosocial de la persona. En este sistema, los distintos elementos ejercen influencia entre sí, de manera que:
El dolor tiene un impacto directo sobre el bienestar psicológico de la persona y sobre su participación social.
El bienestar psicológico tiene un impacto directo sobre el dolor (mediante los sistemas moduladores del dolor, especialmente las vías descendentes de la serotonina y la norepinefrina) y sobre la participación social.
La participación social afecta al bienestar psicológico de la persona y a su percepción del dolor.
Pongamos un ejemplo: una persona que lleva varios días con una crisis de dolor en varias zonas de su cuerpo, posiblemente tendrá un estado de ánimo depresivo. El dolor, junto con su estado de ánimo, dificultarán seguramente su participación social (por ejemplo, acercarse a tomar café con unos amigos), lo que a su vez redunda en un peor estado de ánimo. Este estado de ánimo depresivo inhibe la capacidad del cuerpo de regular el dolor, y por tanto es probable que la crisis de dolor empeore.
La mejor manera de romper este ciclo es interviniendo en más de un punto a la vez: combinando herramientas fisioterapéuticas más dirigidas a las manifestaciones físicas con herramientas psicológicas más orientadas a lo psicosocial. Además, realizar un tratamiento integrado (a diferencia de realizar tratamientos de Fisioterapia y de Psicología por separado) tiene una ventaja adicional: las diferentes herramientas se van combinando en el tiempo de la manera más idónea para cada persona, en función de su proceso, de su ritmo y de sus necesidades, lo que finalmente redunda en mayor eficiencia en el tratamiento.
Si padeces fibromialgia o cualquier otro tipo de dolor crónico, puedes contactar por correo electrónico, Whatsapp o pedir más información en una cita telefónica gratuita y sin compromiso.
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