Tratamiento de Inducción Miofascial para la Parálisis Facial Periférica de Bell
¿Qué es la parálisis de Bell?
La parálisis facial periférica idiopática o parálisis de Bell consiste en una paralización total o parcial de la actividad de los músculos inervados por el nervio facial (o VII par craneal) del lado afectado. Estos músculos se encargan fundamentalmente de la expresividad de la cara, por lo que aquellas personas que la padecen ven muy afectada su imagen y su capacidad de expresión. Además, otras consecuencias de esta parálisis pueden ser una dificultad para el parpadeo (lo que ocasiona problemas de sequedad ocular) y una alta sensibilidad a los ruidos fuertes.
¿Cuál es la causa de la parálisis de Bell?
Como su propio nombre indica, la parálisis de Bell es idiopática, es decir, no tiene su origen en un trastorno previo. A día de hoy no se conocen claramente los mecanismos que podrían estar detrás de esta parálisis, pero muchas de las investigaciones apuntan a una desregulación en el sistema inmune, a daños isquémicos o a procesos infecciosos. A nivel local, los distintos procesos pueden generar una compresión o un daño en el nervio. Cuanto mayor sea el daño en el nervio, más difícil y lenta será la recuperación.
¿Cuál es el tratamiento de la parálisis de Bell?
A día de hoy, los tratamientos que cuentan con mayor evidencia científica para el tratamiento de la parálisis facial de Bell son, por un lado, los tratamientos médicos, y por otro los tratamientos fisioterapéuticos. Ambos son complementarios, pueden y deben administrarse conjuntamente. El tratamiento médico suele consistir en corticoesteroides y complementos vitamínicos, acompañados en ocasiones de retrovirales y tratamientos hormonales. A nivel fisioterapéutico el tratamiento fundamental es la Inducción Miofascial. Otros tratamientos fisioterapéuticos con evidencia importante son el ejercicio con la musculatura afectada, la terapia con láser, la onda corta y la acupuntura.
¿En qué consiste la Inducción Miofascial para la parálisis facial?
La Inducción Miofascial (Myofascial Induction Therapy, MIT) favorece la recuperación del nervio por dos vías diferentes e igual de importantes: en primer lugar, busca actuar a nivel local sobre el propio nervio, incidiendo en su regeneración. Esta actuación directa sobre el nervio es posible gracias a que las principales células encargadas de la regeneración del nervio, las células de Schwann, necesitan para ello ser activadas por los fibroblastos, que son las células por excelencia del sistema fascial. Por tanto, actuando sobre la fascia estamos actuando sobre la capacidad regeneradora del nervio. Por otro lado, como hemos señalado, la Inducción Miofascial actúa también de manera global, buscando liberar las restricciones de movimiento y reestablecer la óptima movilidad y tensión de los tejidos. Esto genera un efecto antiinflamatorio y optimiza la vascularización y el flujo linfático, lo que acaba redundando en la recuperación del nervio facial.
¿Cómo se aplica la Inducción Miofascial para la parálisis facial?
La Inducción Miofascial es un tipo de terapia manual que se aplica con contactos suaves y sostenidos en el tiempo. Este contacto es indoloro, y consiste en una puesta en tensión del sistema fascial (tejido conectivo del cuerpo). Esta puesta en tensión se realiza acompañando los propios movimientos (o micromovimientos) de ajuste que va realizando el cuerpo.
En el caso de la parálisis facial, la mayoría de estos contactos se aplican sobre la cara, en las zonas cercanas al recorrido del nervio facial. Sin embargo, dada la influencia que otras estructuras corporales tienen a nivel global en la recuperación del nervio, en muchas sesiones abordaremos también estas estructuras (como por ejemplo el diafragma).
Como complemento al tratamiento con Inducción Miofascial, realizaremos ejercicios para la activación y recuperación de la musculatura afectada.
El tratamiento con Inducción Miofascial para la parálisis facial vendrá siempre precedido de un examen y diagnóstico médico en el que se descarten otras patologías.
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